logo

Trastornos neurológicos asociados al estrés prolongado

Trastornos neurológicos asociados al estrés prolongado

El estrés prolongado puede afectar el funcionamiento del sistema nervioso, generando una serie de alteraciones que impactan la salud y el bienestar de las personas. Cuando el organismo se mantiene en un estado constante de tensión, pueden presentarse diversos trastornos neurológicos que influyen en la calidad de vida. 

Desde un dolor de cabeza por estrés hasta frecuentes cambios en la respuesta del sistema nervioso, es fundamental comprender la relación entre el estrés y la función cerebral para identificar síntomas y buscar estrategias de manejo adecuadas.

En este artículo de Clínica Puerto Montt, exploraremos los principales trastornos neurológicos relacionados con el estrés prolongado, sus síntomas y estrategias para su manejo.

Relación entre el estrés y el sistema nervioso

Lo anterior se explica en que el estrés activa el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), lo que genera un aumento en los niveles de cortisol y otros neurotransmisores. Esta respuesta, que es normal en situaciones de corto plazo, se convierte en un problema de salud cuando se mantiene en el tiempo, afectando el funcionamiento del sistema nervioso.

Según Neurociencias Aplicadas, estudios recientes han demostrado que el estrés crónico puede provocar inflamación cerebral, afectar la memoria y aumentar el riesgo de padecer trastornos neurológicos.

¿Qué trastornos neurológicos están asociados al estrés prolongado?

1. Dolor de cabeza por estrés

El dolor de cabeza es una de las manifestaciones más comunes del impacto del estrés en el sistema nervioso. Se caracteriza por una sensación de presión en la cabeza y el cuello, y puede volverse crónico, si no se maneja adecuadamente.

Síntomas:

  • Dolor opresivo en ambos lados de la cabeza
  • Sensación de tensión en los músculos del cuello y los hombros
  • Fatiga y dificultades para concentrarse

2. Trastorno neurológico funcional (TNF)

El trastorno neurológico funcional (TNF) ocurre cuando el sistema nervioso presenta alteraciones en su funcionamiento sin una causa estructural evidente. En esta condición, el cerebro tiene dificultades para procesar y enviar señales adecuadamente a diferentes partes del cuerpo, lo que genera síntomas que pueden parecer similares a los de otras enfermedades neurológicas.

Síntomas:

  • Debilidad o parálisis en las extremidades
  • Movimientos involuntarios como temblores y sacudidas
  • Problemas en la coordinación y el equilibrio
  • Pérdida temporal de la sensibilidad en algunas partes del cuerpo
  • Posibles causas y factores de riesgo:
  • Si bien no se ha identificado una causa específica para el TNF, se ha observado que el estrés crónico, los traumas físicos o emocionales pueden desencadenarlo. En algunos casos, no existe un factor desencadenante claro.

Factores que pueden aumentar la susceptibilidad al TNF:

  • Presencia de otra afección neurológica
  • Trastornos de salud mental
  • Dolor crónico o fatiga persistente
  • Exposición prolongada al estrés
  • Antecedentes de abuso, negligencia o trauma infantil

El TNF puede afectar a personas de cualquier edad, aunque es más probable en mujeres menores de 50 años. A partir de esa edad, su incidencia es similar en hombres y mujeres.

3. Ansiedad y depresión con manifestaciones neurológicas

La ansiedad y la depresión pueden generar síntomas neurológicos como mareos, alteraciones en la memoria y dificultades cognitivas. El estrés crónico puede afectar la plasticidad neuronal y predisponer a la aparición de estos trastornos.

4. Riesgo de eventos cerebrovasculares

El estrés prolongado aumenta la presión arterial y favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares, lo que puede incrementar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV).

Estrategias para controlar el estrés

Si bien el estrés forma parte de la vida cotidiana, su manejo adecuado puede prevenir el desarrollo de trastornos neurológicos. Algunas estrategias incluyen:

  • Técnicas de relajación: la meditación, el yoga y la respiración profunda pueden reducir los niveles de cortisol.
  • Ejercicio físico: realizar actividad física ayuda a liberar endorfinas y mejora la función cognitiva.
  • Alimentación balanceada: una dieta rica en ácidos grasos omega-3 y antioxidantes puede proteger el cerebro del estrés oxidativo.
  • Atención psicológica: la terapia cognitivo-conductual es efectiva para el manejo del estrés crónico.

El estrés prolongado puede afectar significativamente la salud neurológica, desencadenando trastornos como el dolor de cabeza por estrés y el trastorno neurológico funcional. Sin embargo, con estrategias adecuadas de prevención y manejo, es posible mitigar sus efectos y mejorar la calidad de vida.

En Clínica Puerto Montt, queremos que vivas con tranquilidad y bienestar, sin que el estrés afecte tu salud y calidad de vida. Nuestro equipo de especialistas en neurología, Juan Hernández Ducos, Constanza Vera Yáñez y José Miguel Tirapegui, está comprometido en brindarte la mejor atención para ayudarte a identificar, prevenir y tratar los efectos del estrés en tu sistema nervioso.